https://doi.org/10.25185/17.7

 

                                                                                                     Estudios

 

La intervención de Estados Unidos en República Dominicana en la revista satírica chilena Topaze (1965)

 

U.S. Intervention in the Dominican Republic in the Chilean satirical magazine Topaze (1965)

 

A intervenção americana na República Dominicana na revista satírica chilena Topaze (1965)

 

Gonzalo Serrano
Centro de Estudios Americanos
Universidad Adolfo Ibáñez, Chile
gserrano@uai.cl

ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-9875-7241

 

Recibido: 28/10/2024 - Aceptado: 22/02/2025

 

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Serrano, Gonzalo. “La intervención de Estados Unidos en República Dominicana en la revista satírica chilena Topaze (1965)”. Humanidades: revista de la Universidad de Montevideo, nº 17, (2025): e177. https://doi.org/10.25185/17.7   

 

 

Resumen: El artículo analiza cómo la revista chilena Topaze retrató, a través de caricaturas y notas satíricas, la ocupación estadounidense en República Dominicana en 1965, exponiendo las tensiones entre el antiimperialismo y el anticomunismo en el contexto de la Guerra Fría. Las ilustraciones criticaron tanto la intervención de Estados Unidos como la pasividad de la OEA, presentando a esta organización como inútil y subordinada a los intereses norteamericanos. Inicialmente, Topaze destacó la postura del presidente Eduardo Frei y su liderazgo en la defensa de la soberanía latinoamericana. Las caricaturas y notas no solo reflejaron la percepción chilena de Estados Unidos como una potencia imperialista, sino que también representaron a Latinoamérica como una región vulnerable y a Chile como su defensor, consolidando así los imaginarios sociales y políticos de la época.

Palabras clave: República Dominicana; Chile; Estados Unidos; Guerra Fría; humor gráfico.

 

Abstract: The article analyzes how the Chilean magazine Topaze portrayed, through cartoons and satirical notes, the US occupation of the Dominican Republic in 1965, exposing the tensions between anti-imperialism and anti-communism in the context of the Cold War. The illustrations criticized both U.S. intervention and the passivity of the OAS, presenting this organization as useless and subordinate to U.S. interests. Initially, Topaze highlighted the position of President Eduardo Frei and his leadership in the defense of Latin American sovereignty. The cartoons and notes not only reflected the Chilean perception of the United States as an imperialist power, but also represented Latin America as a vulnerable region and Chile as its defender, thus consolidating the social and political imaginaries of the time.

Key words: Dominican Republic; Chile; United States; Cold War; graphic humor.

 

Resumo: O artigo analisa como a revista chilena Topaze retratou, por meio de charges e notas satíricas, a ocupação norte-americana na República Dominicana em 1965, expondo as tensões entre o anti-imperialismo e o anticomunismo no contexto da Guerra Fria. As ilustrações criticaram tanto a intervenção norte-americana quanto a passividade da OEA, apresentando a organização como inútil e subserviente aos interesses dos Estados Unidos. Inicialmente, Topaze destacou a posição do presidente Eduardo Frei e sua liderança na defesa da soberania latino-americana. As caricaturas e notas não apenas refletiam a percepção chilena dos Estados Unidos como uma potência imperialista, mas também representavam a América Latina como uma região vulnerável e o Chile como seu defensor, consolidando assim os imaginários sociais e políticos da época.

Palavras-chave: República Dominicana; Chile; Estados Unidos; Guerra Fria; humor gráfico.

 

El año 2025 se cumplen 60 años de la intervención de los Estados Unidos en República Dominicana. Por diversas razones, este acontecimiento, de enorme significancia en la historia de América Latina en el contexto de Guerra Fría, ha sido, si no olvidado, poco considerado por la historiografía dedicada al estudio de las relaciones internacionales en Chile[1]. De igual manera, las aproximaciones hacia este incidente, salvo excepciones, han sido abordadas a través de fuentes tradicionales, entendiendo por estos documentos oficiales, prensa, entrevistas, etc.

En esta línea, surge el interés de acercarnos a este acontecimiento a través de las caricaturas que se generaron a partir de este hecho en la popular revista de sátira política llamada Topaze[2]. Esta revista, que surgió a raíz de la crisis política vivida en Chile a mediados de 1931, fue adquiriendo una gran popularidad hasta llegar a transformarse, como ella misma se definió, en «el barómetro de la política chilena» y que circuló con enorme popularidad hasta 1970.

Aunque las caricaturas de Topaze dedicadas a los Estados Unidos van de la mano con sus orígenes, en julio de 1931, la intervención de los marines norteamericanos en República Dominicana, como la actuación del presidente Eduardo Frei, la Organización de Estados Americanos (en adelante OEA) y otros actores, dio vida a medio centenar de caricaturas y notas de humor dedicadas a este evento durante 1965.

El objetivo de esta investigación, además de exponer aquellas caricaturas que nos parecen más relevantes, es identificar de qué forma se reforzó la imagen negativa que desde un inicio existió hacia Estados Unidos en esta revista, cómo se representó a República Dominicana (y América Latina) y cuál fue el juicio político que se hizo sobre otros actores relevantes como el presidente Frei, su canciller Gabriel Valdés, la OEA y otros personajes involucrados.

Respecto al tipo de estudio, este se inserta dentro de la historia cultural. Aunque las relaciones entre ambos países han sido objeto de diversos estudios políticos y económicos, se ha minimizado el rol de la prensa popular, en general, y las caricaturas, en particular, en la creación de imaginarios propios y ajenos. Tal como ya ha sido estudiado por algunos investigadores, desde comienzos del siglo XX, es posible documentar un debate público entre el crecimiento económico de Estados Unidos y la amenaza imperialista que esto implicaba. Como parte de esta discusión, se generaron imágenes que requieren ser estudiadas desde el punto de vista de las percepciones propias y ajenas y, por otro lado, porque refuerzan algunas ideas y sentimientos, en este caso, de Chile hacia los Estados Unidos. Respecto de este punto, resulta necesario seguir estudiando de qué forma los estereotipos a partir de los cuales se componen las imágenes funcionan como unos anteojos que no solamente determinan qué es lo que se ve sino, también, la manera cómo cada uno desea ser visto y evaluado[3].

De la misma forma como surge la necesidad de investigar el antimperialismo, se requiere hacer algo similar respecto al anticomunismo. Esta corriente que, ha sido estudiada a través de la acción individualizada de cada uno de los actores colectivos, omite el estudio de imágenes y discursos que operan al interior de cada corriente, condicionando la acción de dichos actores[4].

En esta línea, la crisis generada a raíz de la ocupación de Estados Unidos de República Dominicana puso en jaque estas dos corrientes, anticomunismo y antiimperialismo, en Chile. Este enfrentamiento ideológico se intensificó en el corto lapso que transcurrió entre las elecciones presidenciales en Chile en 1964 y la invasión de Santo Domingo a menos de un año de transcurrida aquella, poniendo en jaque a la prensa y al gobierno de Eduardo Frei que había sido apoyado por los Estados Unidos como una defensa frente al avance del marxismo.

A pesar de su larga tradición en el mundo occidental, la caricatura como fuente histórica no ha recibido la atención académica adecuada en América Latina. Solo en tiempos recientes ha comenzado a ser utilizada, como en el caso de Chile[5], pero aún queda mucho por explorar en este campo.

Las caricaturas de Topaze, al igual como sucede con los chistes[6], no solo entretenían, sino que también revelaban las dinámicas políticas y sociales que preocupaban a los chilenos, convirtiéndose en un valioso testimonio de sus imaginarios colectivos. Esta investigación, por tanto, no solo busca rescatar esas imágenes, sino también contribuir al entendimiento del complejo entramado de relaciones entre Chile, Estados Unidos y América Latina durante la Guerra Fría.

La relevancia de la elección de Eduardo Frei Montalva en Chile y Occidente

Las elecciones presidenciales en Chile en 1964 generaron una gran preocupación en Estados Unidos. La revolución cubana y el giro marxista que esta había tenido, sumados a la presencia del candidato Salvador Allende, representante de socialistas y comunistas que se habían unido en el Frente de Acción Popular (FRAP), ponían en riesgo la hegemonía que ejercía Estados Unidos en América Latina.

Jorge Alessandri, durante su presidencia, aunque con resistencias, comprendió la importancia de acercarse a Estados Unidos para recibir la ayuda económica que implicaba sumarse a la Alianza para el Progreso y efectuó una gira por Norteamérica en 1962 en la que fue recibido por el presidente John F. Kennedy[7]. Se trataba más bien de un pragmatismo ideológico[8], como lo ha definido Alberto Cardemil, que, de una cercanía ideológica, pese al marcado anticomunismo del mandatario.

En esta línea, Eduardo Frei Montalva, representante de la Democracia Cristiana, aunque situado a la izquierda del presidente Jorge Alessandri, aseguraba la continuidad de los vínculos y de planes como la Reforma Agraria impulsada por la Alianza para el Progreso.

Este interés por su candidatura se materializó en montos de ayuda y préstamos que llegaron desde Norteamérica de forma directa o a través de organismos internacionales[9], y de una extensa campaña anticomunista que, aunque de larga data en Chile, se intensificó a raíz de estas elecciones[10].

Investigaciones recientes sobre los archivos desclasificados de los Estados Unidos, dejan en evidencia que además de las simpatías políticas, hubo aportes directos e indirectos cuyas cifras son difíciles de determinar, pero que claramente sumaron varios millones de dólares, todo ello aprobado durante la administración del presidente Lyndon Johnson y determinantes en el triunfo de Frei.

Al aporte pecuniario de Estados Unidos se suma la relevancia que le dieron los medios de prensa de Norteamérica a esta elección y que plantearon la disputa como una lucha entre la libertad y democracia frente al comunismo. Aunque Frei no era el candidato ideal, su victoria era un triunfo frente al marxismo[11].

En 1964, Frei con su Revolución en Libertad, que era el lema de campaña y programa de gobierno que buscaba reformar el orden social chileno en una línea diferente al maniqueísmo de la Guerra Fría[12], consiguió el 56,09% de los votos en las elecciones. Ningún otro presidente, desde la Constitución de 1925, gozó de la autoridad y poder político de Frei en sus primeros dos años de Gobierno. A esto se sumaba el prestigio interno y externo de la administración que no tenía parangón en América Latina[13].

A pesar de este apoyo económico que dio Estados Unidos a su candidatura, el nuevo gobierno se esforzó por hacer nuevos vínculos con Europa e incluso con la Unión Soviética con la que se reestablecieron relaciones. Era la manera de demostrar que, pese a su amistad con Washington, mantenía un grado de independencia[14].

De cierta manera, la política exterior de Frei asumía que esto no iba a alterar el apoyo político y económico para ejecutar algunos planes como la «chilenización del cobre». Lo relevante era, en definitiva, el triunfo de una alternativa democrática a la Revolución Cubana y por esto la administración de Johnson no se hacía problemas, por ejemplo, con la reanudación de relaciones con la U.R.S.S.[15]

En esta línea, los incidentes ocurridos en República Dominicana, a los pocos meses de que Frei había asumido la presidencia, fueron una dura prueba para el nuevo mandatario, porque debía mostrar lealtad con Estados Unidos, pero también con sus socios americanos y, en especial, en el ámbito interno, donde -tal como veremos en Topaze- hubo un rechazo unilateral a la intervención norteamericana, pese al marcado anticomunismo de la revista.

En esta línea, destaca Cardemil, su postura debía ir acorde con el interés del mandatario por promover la integración latinoamericana en la que Chile debía tener un papel protagónico y en el que los países pobres debían unirse frente a los poderosos ricos[16].

En el ámbito interno, salvo El Mercurio que, al igual que la administración de Johnson advirtió que la revolución podía tener un giro castrista[17], el resto de los medios se sumó a condenar la acción, lo mismo que algunos estudiantes que llegaron incluso a apedrear la embajada de Estados Unidos en rechazo a la intervención[18].

Fue el propio Frei quien solicitó al Consejo de Organización de Estados Americanos llamar a una conferencia continental de cancilleres con el propósito de rechazar la intervención unilateral de Estados Unidos. En esas circunstancias, no pesaron sobre Frei los «compromisos» que los enemigos de su gobierno lo acusaban de haber contraído con los norteamericanos durante la campaña de 1964[19].

La acción de Chile liderada, además del presidente, por su ministro de Relaciones Exteriores, Gabriel Valdés, que desde el inicio consideró inaceptable la intervención de Estados Unidos en Santo Domingo[20], tuvo consecuencias. El episodio dominicano afectó las relaciones con Estados Unidos, en específico, porque enfrió la ayuda que se había generado en el marco de la Alianza para el Progreso[21].

 

Topaze: el barómetro de la política chilena y su anti-imperialismo

El surgimiento de la revista Topaze se dio en el contexto de la crisis política del gobierno del general Carlos Ibáñez del Campo, que estuvo condicionada, además de los malos manejos políticos, por los efectos de la debacle económica ocurrida en Estados Unidos en 1929.

Desde sus inicios, la revista perfiló un análisis crítico con base en recursos humorísticos como la sátira y elaboró procedimientos periodísticos sustentados en el espacio híbrido dado por la ficción y la realidad, tal como veremos más adelante[22].

En esta línea, la revista de humor surgió en respuesta a esas elites compuesta por hombres caballerescos que se sometieron a la dominación imperial y neocolonial de Estados Unidos y que la revista satírica identificó de manera cómica a través de figuras claves, destacando entre ellas, el tío Sam, como personificación masculina del imperialismo norteamericano[23].

Mientras una élite celebró la introducción del capitalismo norteamericano en las primeras décadas del siglo XX en Chile, Topaze se mostró crítico del control que Estados Unidos ejercía en Chile y América del Sur y también del modo de vida que intentaba imponer a través de su expansión comercial. A modo de ejemplo, un aviso de productos eléctricos norteamericanos era acompañado del texto: «Usa anafes eléctricos, estufas eléctricas, baños eléctricos, corbatas eléctricas…sillas eléctricas. ¡Electrocútate! Ahora te conviene nativo retrógrado»[24].

Además de las caricaturas en las que Estados Unidos era comúnmente representado con el Tío Sam, se agregan a otros personajes como Mi amigo Tahllulloh, que era dueño de prácticamente todo el país. A ellos se sumaban otros como Mr. Braden Copper, en alusión a la empresa minera de capitales norteamericanos, Miss Electric, dedicado a comprar el silencio en la prensa, etc[25].

Esto coincide con los análisis respecto al anti-americanismo que se desarrolló en Chile durante la primera mitad del siglo XX, que fundamentaba su molestia a Estados Unidos por las intervenciones en América Latina, el apoyo a Perú en el conflicto por Tacna y Arica y, por último, por el control económico de los estadounidenses de las grandes mineras, temáticas que aparecen reflejadas en revista como Sucesos y Topaze[26].

No obstante, la revista no mantuvo siempre una crítica constante hacia Norteamérica. En el contexto de la segunda guerra y en la lucha contra los totalitarismos, la revista se alineó con «la jerarquía civilizatoria» de Estados Unidos. A modo de ejemplo, Jorge Delano, más conocido como Coke, fundador de la revista, rindió un homenaje público a Washington, Lincoln y Franklin D. Roosevelt. El mismo Coke relata en sus memorias que durante una visita a los Estados Unidos fue recibido por el ministro de Relaciones Exteriores, Summer Welles, quien le confesó que en su país de informaban de la política chilena a través de las páginas de esta revista[27].

Esta postura se mantuvo durante la década del sesenta cuando manifestó su completa adhesión a la Alianza para el Progreso del presidente John Kennedy[28]. Antes que ser contraria al imperialismo de Estados Unidos, Topaze era antinazi y anticomunista[29], respondiendo de esta forma a una línea de larga tradición en Chile.

Las circunstancias, no obstante, así como la línea editorial de la revista cambiarían a partir de la llegada de Eduardo Frei a la presidencia y, en especial, a raíz de la invasión de los marines estadounidenses a República Dominicana.

 

La ocupación de la isla en Topaze

El antecedente más cercano a la ocupación de la isla de Santo Domingo en términos de relaciones exteriores había sido la revolución cubana ocurrida en 1959, acontecimiento que, junto con la crisis de los misiles había tenido una amplia cobertura en Topaze. La revista satírica tomó una postura crítica y relató de manera pormenorizada lo ocurrido en Cuba. En este caso, la cercanía con el gobierno de Jorge Alessandri y su carácter históricamente antimarxista fue clave en la construcción de un imaginario contrario al triunfo de la revolución de Castro y alineado con el bando estadounidense[30].

En ese sentido, con la llegada de la Democracia Cristiana al gobierno se nota un leve cambio en la revista. Al inicio de su gobierno, el semanario satírico valoró la política exterior del presidente Eduardo Frei. Nos referimos a ese carácter que era diferente a las anteriores administraciones, y que ahora pretendía ejercer un liderazgo en la región, sin ser servil a los intereses de Estados Unidos. Esto se puede ver reflejado en las primeras caricaturas en las que Frei es igualado en tamaño al tío Sam y al presidente Lyndon Johnson (Figuras N°2 y N°3 que analizaremos más adelante).

En esta línea, el desembarco de los infantes de marina estadounidenses, ocurrida el 27 de abril de 1965, con el fin de evacuar a los mil compatriotas que se encontraban en la isla y cuya seguridad se vio amenazada por la guerra civil, cambió el panorama y obligó a tomar una postura tanto al presidente Frei como a los medios de prensa, incluida, obviamente, la revista Topaze[31].

Para comprender esta intervención, debemos recordar que la crisis se originó tras el asesinato del dictador Rafael Leónidas Trujillo en 1961. Aunque inicialmente su régimen contó con el respaldo de Estados Unidos, con el tiempo se convirtió en un obstáculo para los planes del presidente John F. Kennedy, quien buscaba distanciarse de las dictaduras latinoamericanas en favor de gobiernos más alineados con los ideales democráticos.

Después del magnicidio en contra de Trujillo, se celebraron elecciones en las que Juan Bosch fue elegido presidente de forma democrática. Sin embargo, su gobierno fue interrumpido a finales de 1963, cuando un golpe de Estado, liderado por un triunvirato, lo destituyó debido a diferencias respecto a su estilo y políticas progresistas.

Dos años más tarde, estalló una nueva crisis en las Fuerzas Armadas, divididas entre los que exigían la restitución de Bosch, como legítimo presidente constitucional, y aquellos que defendían el legado autoritario de Trujillo. Entre estos últimos destacaba el coronel Elías Wessin y Wessin, quien favoreció una intervención militar estadounidense para mantener el control y evitar el retorno del gobierno constitucional.

Los acontecimientos ocurridos en la isla fueron seguidos por atención por la prensa chilena desde el 25 de abril, cuando se conocieron las noticias del Golpe Militar en Santo Domingo, pero cobraron un nuevo cariz cuando se supo de la intervención de Estados Unidos y de la convocatoria a la OEA, conocida el 28 de abril y publicitada en la prensa al día siguiente.

En este contexto, la primera caricatura y nota que se hizo cargo de la noticia de la invasión de República Dominicana apareció el 7 de mayo de 1965. Este retraso se debió a raíz de que la publicación del semanario anterior coincidió con la crisis, cuando no existía claridad de lo que ahí ocurría.

La primera nota de Topaze estuvo dedicada a mofarse del nombre del coronel Elías Wessin y Wessin, líder del movimiento a favor de Trujillo y favorable a la intervención extranjera. Según la revista:

El drama de Santo Domingo, es la vocación errada de sus jefes. Un señor Wessin y Wessin, no puede ser general en ninguna parte. Menos, estar a la cabeza de una revolución. Sinceramente creemos que este caballero debe cerrar su tienda de «revoluciones» e inaugurar una sastrería ¡La sastrería de Wessin & Wessin![32]

Imitando las informaciones de una agencia de cables, aparecen, en otra sección, titulada «Dominicanas», noticias ficticias de la isla en las que se burlan de la injustificable intervención y de los argumentos falaces que la avalaban:

SANTO DOMINGO, 1 de May.: Hoy desembarcaron dos mil infantes de marina con el objeto de evacuar a mil ciudadanos norteamericanos; 2 de May.: Partieron con destino a Miami los mil ciudadanos norteamericanos. El Departamento de Estado y el Pentágono han anunciado el envío de cuatro mil infantes de marina para evacuar y prestar protección a los mil anteriores; 3 de May.: Hoy descendieron sobre Santo Domingo ocho mil paracaidistas a fin de dar protección y evacuar a los cuatro mil infantes de marina (…); Se espera de un momento a otro la llegada de dieciséis mil infantes para la protección de los paracaidistas (…); 8 de May.: Un censo de la población efectuado por la Gobernación provisional señala que existen en Santo Domingo tres millones de infantes de marina y ciento treinta y cinco dominicanos que han protestado por encontrarse demasiado apretados (…)[33].

 

 

 

 

 

 

 


Figura Nº1. Topaze, 7 de mayo de 1965, N° 1.698.

 

Finalmente, el primer número publicado tras la invasión cierra con una caricatura bastante inusual (Figura Nº1). En esta ocasión, Estados Unidos no es representado por el típico Tío Sam ni por el presidente en funciones, sino por una mujer rubia que, como en un acto circense, sirve de blanco para un malabarista que lanza cuchillos. Lo notable de la escena es que el malabarista es el canciller Gabriel Valdés, quien sostiene en una mano un cuchillo grabado con la palabra «protesta», mientras que con la otra detiene a Luis Corvalán, secretario general del Partido Comunista, a quien identificamos por su característica nariz y bigote y tener una hoz en el bolsillo trasero. Mientras Valdés opta por la persuasión, Corvalán le ofrece una metralleta para «resolver el problema», cuestión que el canciller rechaza de plano para no caer en el juego de la violencia, promovida tanto por Estados Unidos como por el Partido Comunista.

El simbolismo radica en que el acto de malabarismo con cuchillos sugiere la ilusión de que el lanzador podría herir al blanco, aunque el verdadero objetivo es evitar el daño. Esta sátira refleja con agudeza la dinámica de las protestas chilenas en la OEA: una postura que aparentaba ser contundente, pero cuyo propósito real era mantener las formas sin causar conflicto efectivo. En contraposición, el Partido Comunista, representado por Corvalán, prefería la vía armada, lo que era rechazado de plano por la Democracia Cristiana y los sectores más moderados, incluyendo a la misma revista.

El número siguiente de Topaze abre con una editorial titulada «Ni marinerías ni tiranuelos» en la que se celebra el rol de Chile en la defensa de la soberanía de la isla y se matiza la intervención de los Estados Unidos. De acuerdo con ésta, para que exista una intervención como la sucedida en República Dominicana, debía haber un grupo de personas, en este caso, de generales, dispuestos a aceptarla. Finalmente, asegura que la única forma que hay de enfrentar este tipo de intromisiones era a través de la integración de las economías del sur que permitieran realizar cambios estructurales para lograr una repartición justa y, por esta vía, barrer con los caudillajes personalistas:

Nosotros rechazamos la costumbre inveterada de los Estados Unidos de afirmar dictaduras en América Latina a base de sobornar a los nativos. Rechazarlo está bien, pero hay que complementar este rechazo con la condena definitiva de los hombres libres que actúan como lacayos[34].

De esta forma, y a medida que se conocen más antecedentes de la intervención, podemos ver de qué modo se fueron perfilando tres tópicos que fueron recurrentes en Topaze durante 1965: a) la participación de Frei; b) el rol de la OEA y c) Estados Unidos como un agresor:

a)   La defensa de Frei

Tal como hemos mencionado, desde un primer momento, tanto el proyecto reformador de Frei, la Revolución en Libertad, como su política internacional integracionista y latinoamericanista provocaron simpatía y adhesión en la revista Topaze.

Así se vio reflejado desde el momento que ganó las elecciones a través de la caricatura de la revista Topaze que retrata a Frei en el ring derribando por K.O. al candidato republicano Barry Goldwater y que interpretaba bien el aspecto político e institucional que representó su triunfo[35].

En esta línea, su inmediata oposición a la invasión estadounidense a través de una declaración en la que consideraba que era contraria a los principios de la OEA y a los principios del derecho internacional[36], contó con el apoyo de la revista, que coincidió a través de sus caricaturas y mordaces artículos, en defender la soberanía y derecho a autodeterminación de los países latinoamericanos.

La primera caricatura de Lugoze sobre la ocupación está dedicada al presidente Frei y lo muestra vestido de huaso, el traje típico de los chilenos de la zona central, enfrentado al presidente Lyndon Johnson que, a su vez, está vestido como un cowboy disparando dos pistolas, muy alegre (Figura Nº2). Lo interesante de esta imagen es que Frei figura defendiendo a Latinoamérica, representada como una mujer asustada e indefensa (una imagen recurrente de Topaze[37]). En el diálogo, el presidente chileno señala: «¡Eh Mister -le dice Frei a Johnson-…no trate de conquistar a los latinoamericanos a balazos…No olvide que somos románticos». Tanto por el tamaño como por las vestimentas, ambos mandatarios aparecen igualados y en una relación horizontal, mientras uno amenaza con sus pistolas, el otro defiende a Latinoamérica por el poder de la razón y no de la fuerza, lo que podría interpretarse como una superioridad moral de Frei frente a Johnson.

 

Un dibujo de una persona

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Figura N°2. Topaze, 7 de mayo de 1965, N°1.698.

 

El «huaso» defendiendo a Latinoamérica del «cowboy» graficaba la condena que realizó el gobierno de Frei a la intervención y la solicitud de Chile de que la OEA interviniese para el fin de la lucha y la libre determinación del pueblo dominicano[38].

En esta línea y en el mismo número, otra caricatura del presidente Frei (Figura Nº3) aparece defendiendo a la isla de Santo Domingo de los Estados Unidos. Mientras el Tío Sam hace uso del Big Stick para castigar a la pequeña isla, el presidente Frei hace uso de su gran nariz[39] como si se tratara de una espada para reprender al estadounidense por el abuso.

Mientras que en la primera figura (Nº2), Frei aparece como un consejero garante de las buenas normas, abogando por el amor, antes que la violencia, en la segunda (Figura Nº3) se muestra como un justiciero aguerrido.

 

Un dibujo de una persona

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Figura Nº3. Topaze, 7 de mayo de 1965, N°1.698.

 

La actitud de liderazgo que ejerció Frei en respuesta a la invasión en Santo Domingo tuvo su respuesta por parte de Estados Unidos. El presidente Johnson envió a Santiago al embajador Averel Harriman para explicar y convencer a Frei de las razones de la intervención, aunque sin mayor éxito. El presidente Frei argumentó que un apoyo a Estados Unidos podía tener un impacto muy fuerte en la política interna de Chile donde la posición era, en su gran mayoría, crítica de la intervención[40]. Algo similar había sucedido un año antes a raíz de los rumores que daban cuenta del apoyo económico que había recibido su candidatura de parte de Estados Unidos, si esto llegaba a hacerse público ponía en cuestión su imagen de izquierdista democrático y de alternativa al capitalismo y marxismo[41].

En este caso, la imagen positiva de Frei y de su gobierno a raíz de la firmeza en su postura sobre este tema, ejemplificada en estas caricaturas, cambió durante 1965, seguramente, debido a otras variables como, por ejemplo, la economía y la pérdida de interés por la cuestión dominicana en el ámbito local. Así se entiende que, para finales de agosto, Topaze graficara a Eduardo Frei (Figura Nº4) ya no del mismo tamaño que el Tío Sam, sino más bien como un escolar, pequeño y avergonzado por la reprimenda que le hace su profesor ante el incumplimiento de los planes de la Alianza para el Progreso para mejorar la economía y por el que evalúa su desempeño con una nota insuficiente.

La viñeta se entiende, además, dentro del contexto de la ayuda financiera brindada por los Estados Unidos y la reestructuración de la deuda con los acreedores europeos, en la que los estadounidenses debieron intervenir en ayuda de los chilenos debido a su inexperiencia[42].

 

Figura Nº4. Topaze, 20 de agosto de 1965, 1.713.

b) La inutilidad de la OEA

En la primera edición posterior a la invasión de Estados Unidos, aparece la primera de varias caricaturas dedicadas al rol de la OEA a la que, en este caso, le correspondía un papel clave en la defensa de la soberanía de los países y rechazo a cualquier intervención, posición que estuvo lejos de mantener. En efecto, la diplomacia norteamericana transfirió la responsabilidad a la OEA sobre hechos consumados y con la intención de revertir repercusiones internacionales en su incursión[43], aunque sin mayores resultados, por lo menos en el ámbito de la opinión pública.

Este actuar, condescendiente, si es que no cómplice, fue caricaturizado de forma ejemplar en la revista Topaze en el primer número dedicado a la invasión (Figura Nº5), a través de un cocodrilo que lloraba por la intervención y entregaba un pésame para la isla de Santo Domingo, lo que dejaba en evidencia el cinismo de la organización. La imagen alude a esa creencia de que estos reptiles lloran cuando se comen a sus presas, siendo que se trata de un reflejo mecánico, sin sentimientos y que se usa coloquialmente para ejemplificar la hipocresía.

Texto

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Figura N°5. Topaze, 7 de mayo de 1965, N°1.698

 

Después de la OEA como cocodrilo, en la edición siguiente fue mostrada como una organización inútil, cuyos embajadores eran, en la práctica, un grupo de aprovechadores: «Partieron, recorrieron la isla, estudiaron, analizaron y a la llegada declararon con toda seriedad: “lo que pasa allí pone en peligro la paz”. Y se quedaron tan frescos»[44].

En esa misma edición, en la sección dedicada a poemas, a cargo del «poeta» Pablo Pinocho Neruda (en alusión al famoso poeta), aparecía uno dedicado al presidente de los Estados Unidos. En una de sus estrofas decía, a propósito de la acción de la Organización de Estados Americanos:

Como a los de la OEA les hacen falta dólares,
Son unos chupamedias que ceden sin respingo.
Dueño del Continente, te pareces a un sátrapa.
Y te pareces a la palabra Santo Domingo
[45].

Un año después, el verdadero Pablo Neruda publicó en el diario El Siglo un poema dedicado a la intervención denominado «Versainograma a Santo Domingo» y en el que criticaba el actuar de Lyndon Johnson, Rafael Trujillo e incluso a Cristóbal Colón, mientras que defendía a Juan Bosh[46].

La trilogía de críticas de esa edición se completa con la imagen de unos delegados de la OEA a quienes se le sugiere solicitar al doctor Salvador Allende, un certificado de defunción. El mensaje es claro y directo, la organización después de este evento ha perdido su razón de existir, según el semanario satírico. Esto se ve reforzado con otra imagen que muestra a la misma OEA representado por una mujer que, entusiasmada, cree recibir un ramo de flores. La OEA dice: «Oh, qué atento es Eduardo. Me ha enviado flores». El chiste es que en vez de ser un ramo que simboliza el amor, lo que ha enviado el presidente Eduardo Frei es, en realidad, una corona fúnebre, reforzando la broma anterior y destacando el rol crítico que tenía el gobierno chileno sobre esta organización en esta crisis.

En números posteriores, una columna vuelve a ironizar sobre el rol de la OEA. Mientras el presidente Frei está dedicado a reorganizar el organismo, ellos estaban preocupados de cosas «más importantes» como definir cómo debía ser una nueva bandera[47].

Este tema se repite un mes después, cuando se inventa un dialogo en la organización:

Reunión en la OEA
PRESIDENTE: Señores..., se abre la sesión.DELEGADO 1: ¡Un momentito, por favor, señor Presidente. Me estoy escarbando los dientes!
PRESIDENTE: No interrumpa, señor delegado. La sesión está abierta.
DELEGADO 2: Ya, pues, señor Presidente Córtela, llevamos como ocho segundos de discusión. Apure la cosa, mire que tenemos que hacer.
PRESIDENTE: Tiene razón, su señoría. Propongo que aprobemos un voto llamando a los Gobiernos a elevar el estándar de vida y condenar los regímenes antidemocráticos y anti sibaríticos.
DELEGADOS: ¡A coro! Aprobadoooooo.
PRESIDENTE: Gracias, señores, se levanta la sesión. Los señores Delegados pueden retirar en Secretaría un detalle de los programas de los cabarets y boites de la ciudad, y los respectivos vales para trago y mange. Buenas noches, señores delegados. Paga la OEA
»[48].

La imagen de los delegados de la OEA como un grupo de inútiles y superficiales preocupados de su propia autosatisfacción, contrastaba con la del embajador chileno en este organismo, Alejandro Magnet, que fue impulsor de las protestas[49] y parecía ser uno de los pocos interesados en una defensa real de la isla, al solicitar una acción inmediata y colectiva en vez de la intervención unilateral[50]. Así aparece retratado, por ejemplo, en otra caricatura donde se lo ve magullado y herido, declarando: «Bueno, debo empezar por declarar que es falso que reine la paz en la República Dominicana». Lo interesante del dibujo es que, mientras declara sus compañeros de la OEA lo observan estupefactos[51]. En efecto, Magnet propuso el envío de una fuerza interamericana de paz que excluyera a Estados Unidos[52], idea que, por supuesto, fue descartada rápidamente.

La selección de noticias e imágenes críticas del rol de la OEA concluye con una dedicada a la Fuerza Internacional de Paz (Figura Nº6). Ésta había surgido como respuesta a raíz de las contradicciones de los informes que emanaban de la isla y la conformación de una comisión investigadora que determinó la constitución de una «Fuerza Interamericana de Paz». Lo que en teoría podía poseer sentido, en la práctica era transformar a las fuerzas estadounidenses en la isla en un ejército de la OEA[53].

A diferencia de las anteriores, el humor da paso al drama y la ironía, mostrando un centenar de cruces, cuerpos de víctimas de la intervención, a un soldado de la OEA, mal agestado y agresivo, siendo interrogado por un burócrata respecto a qué otras funciones habían cumplido la labor de la Fuerza Internacional de Paz.

 

Figura Nº6. Topaze, 25 de junio de 1965, Nº 1.705.

 

c) Estados Unidos, el agresor:

Desde un inicio, Topaze se plantó con una revista crítica del imperialismo estadounidense y de la elite chilena que, según su juicio, se mostraba servil a los intereses de los norteamericanos. Con estos antecedentes, no es sorpresa que la invasión a República Dominicana haya confirmado las aprehensiones de la línea editorial de la revista, expresada a través de sus escritores y dibujantes.

La primera caricatura del Tío Sam, posterior a la invasión, lo retrata irrumpiendo a la fuerza en una casa con las mangas arremangadas y con una actitud hostil, mientras un matrimonio está en medio de una pelea. El título de la caricatura es «Mejor no meterse en peleas de casados», aludiendo a que la crisis que vivía por ese entonces República Dominicana entre constitucionalistas y trujillistas era un conflicto interno que debía ser resuelto por ellos mismos.

A las caricaturas iniciales a las que hacíamos mención anteriormente se sumaron otras que fueron subiendo en intensidad conforme se conocían más detalles de cómo había sido la intervención y, además, a la presión de la opinión pública cuyas críticas al rol de la administración de Johnson iban en aumento en esta crisis[54].

El 20 de mayo de 1965, el caricaturista Lugoze dibujó a un Tío Sam como un hombre mayor poniendo las manos sobre el trasero de una mujer que representaba a la OEA (Figura Nº7). Mientras se propasaba con ella, el delegado de Chile, Alejandro Magnet, con una corbata que tiene la insignia de su partido, la Democracia Cristiana, lo conminaba a sacar las manos de Santo Domingo, lo que provoca la molestia del norteamericano, cuyos corazones al costado evidencian que está enamorado de ella. Nuevamente, se destaca el rol de Magnet en defensa de los intereses de la isla, en contraposición a sus compañeros de la OEA y, por otro lado, la imagen negativa de Estados Unidos haciendo algo que, a todas luces, resulta impropio. Por último, vuelve a feminizarse la figura de un tercero, en este caso, la Organización de Estados Americanos, en su rol de sexo débil y a Chile, representado por Magnet, saliendo en su defensa.

 

Figura Nº7. Topaze, 20 de mayo de 1965, Nº1.700.

 

Al mes siguiente, Topaze intensifica la crítica hacia Estados Unidos con dos caricaturas en un mismo número. En la primera (Figura Nº8), aparecen los brazos del Tío Sam escondiendo algo bajo su sombrero. Por el costado se logra ver que se trata de un grupo de personas en una isla, estando dos de ellas muertas, acribilladas en el suelo. La respuesta viene dada vuelta debajo de la pregunta con un juego de palabras: «La isla de SAM..to Domingo», asumiendo que había quedado en control de los estadounidenses a través de la fuerza producto de la intervención.

 

Figura Nº8. Topaze, 11 de junio de 1965, Nº 1.703.

 

A continuación, aparece otra caricatura (Figura Nº9), más explícita y crítica que las anteriores. Una mujer yace en el suelo con los brazos tapando su cara, próxima a ser violada, mientras un soldado estadounidense se detiene ante la presencia de un grupo de curiosos:

- «¿Y ustedes? ¿Qué hacen ahí?
- Nada, señor, somos “observadores”»

Figura Nº9. Topaze, 11 de junio de 1965, Nº 1.703.

 

El mensaje es claro, lo que sucedía en Santo Domingo era tan grave como una violación y el rol de los observadores de una cobardía cómplice contra el abusador (Estados Unidos). La imagen se ve agravada porque no todos los observadores se muestran sorprendidos, sino que algunos, por los gestos en el rostro, disfrutan como voyeristas del vejamen que está a punto de ocurrir.

Al igual que en otras caricaturas, la caracterización de Santo Domingo como una mujer exuberante y a punto de ser violada, buscaba representar aquellas características que la revista Topaze, en sintonía con el resto de la sociedad, consideraba que eran propios de las mujeres. En esta línea, y tal como lo estudió Fabiana Rodríguez-Pastene, a través de estos dibujos se reforzaban los estereotipos y prejuicios de género, instaurando un discurso de violencia simbólica hacia la minoría femenina[55].

El análisis de las caricaturas dedicadas a Estados Unidos concluye con una última en la que aparece representado tradicionalmente con la imagen del Tío Sam y que coincide con la víspera de la celebración número 189 de la independencia de este país (Figura Nº10). Aquí se ve a un Tío Sam reflexivo, sentado con las manos en la barbilla, cuestionándose por algo. La forma en que está sentado el personaje representa el número cuatro, en alusión a la fecha de la conmemoración. La pregunta que se hace es: «¿Por qué habrán venido tan pocos amigos a mi fiesta de cumpleaños...? »

 

Figura Nº10. Topaze, 24 de junio de 1965, Nº 1.705.

 

Consideraciones finales

La intervención de Estados Unidos en República Dominicana fue un hito en las relaciones de este país con América Latina. De la Alianza para el Progreso impulsada por el presidente Kennedy, hubo un giro hacia una acción más directa que buscaba impedir cualquier posibilidad de una nueva revolución como la ocurrida en la isla de Cuba.

El acontecimiento no dejó indiferente a los chilenos que desde el 25 de abril comenzaron a ser informados sobre este hecho en los principales medios del país. Conforme se fueron conociendo más detalles respecto del rol de Estados Unidos en lo que parecía ser un incidente local, una de las tantas guerras civiles que aquejaban a América Latina, captó la atención y la preocupación de la prensa.

El semanario satírico Topaze tampoco fue indiferente a este hecho y dedicó medio centenar de caricaturas y notas que no hicieron más que reforzar una serie de imaginarios que existían desde inicios del siglo XX en Chile contra lo que se consideraba una actitud imperialista de parte de los Estados Unidos.

Resulta interesante constatar de qué forma las caricaturas de ese momento reflejaron la autopercepción que tenía Chile de sí mismo y la mirada sobre el resto. Aunque en el caso de Estados Unidos no hay mayor sorpresa en la imagen del Tío Sam como imperialista, sí resulta novedosa la caricaturización de Latinoamérica, República Dominicana y Santo Domingo feminizadas, en una época donde la categoría que definía a las mujeres era ser el sexo débil. En este mismo escenario, se agiganta la figura del presidente Eduardo Frei contra la dominación. Esto, considerando que su gobierno fue de los países de Latinoamérica que mantuvo una posición más dura frente a la intervención de Santo Domingo, hasta terminar quedando solo en su defensa, cuando se realizó la reunión de Cancilleres del 1 de mayo.

En esta línea, se trató de una derrota diplomática que honraba a Chile[56] o un triunfo moral[57], un espíritu que se vio reflejado en las caricaturas dedicadas a Frei, Valdés y Magnet y que se asemejó a la postura que tuvo el presidente Jorge Alessandri, antecesor de Frei, en la cuestión cubana.

La experiencia reforzó los ideales de Frei, impulsados por el canciller Valdés de fortalecer los lazos con América Latina, aunque sin mayor éxito. Quizás porque la autopercepción que se tenían de sí mismos, como la imagen de América Latina como el sexo débil, difería, en la realidad, de lo que proyectaba tanto el gobierno de Frei como Topaze. Esta idea coincide con algunos fracasos diplomáticos relacionados con este hecho, como la idea de crear una organización supranacional latinoamericana que no reemplazara a la OEA, pero que sí sirviera de contrapeso a Estados Unidos. En esta misma línea, se inscribe el encuentro que se realizó en Viña del Mar en 1969 y que convocó a 21 países con el fin de lograr una relación más horizontal con los estadounidenses, pero que concluyó sin mayor éxito[58].

En definitiva, la ocupación de Estados Unidos en República Dominicana vistos a los ojos de Topaze, fortaleció el rol de Frei, su canciller y representante de la OEA en lo que se refería a su política internacional, por lo menos durante los meses inmediatos al incidente. En contraposición, debilitó la imagen de la Organización de Estados Americanos para presentarla como una organización tan inútil para los intereses de los latinoamericanos como servil a los Estados Unidos. Y, por último, dejó de lado el antimarxismo de postguerra y de las elecciones de 1964 para retomar su crítica a la política imperialista impulsada por la administración de Lyndon Johnson.

Hacia el final de su gobierno y luego de estas victorias honrosas, cuando el antiamericanismo popular aumentaba y la Revolución en Libertad perdía su ímpetu, el gobierno de Frei, entonces, propuso reconciliarse con Cuba en el sistema interamericano y, en contrapartida, alejarse de Washington agudizando la crítica por su intervención en Vietnam[59]. Sin embargo, eso ya es parte de otro capítulo que requiere de nuevos análisis respecto de los cuales sería interesante ver de qué forma dejaron huella en Topaze, «El barómetro de la política chilena».

 

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Revista

 

Topaze (Santiago de Chile).

 

 

Contribución de los autores (Taxonomía CRediT): 1.  Conceptualización, 2.  Curación de datos, 3. Análisis formal, 4. Adquisición de fondos, 5. Investigación, 6. Metodología, 7. Administración de proyecto, 8. Recursos, 9. Software, 10.  Supervisión, 11.  Validación, 12.  Visualización, 13.  Redacción - borrador original, 14.  Redacción - revisión y edición.

G. S. P. ha contribuido en: 1, 2, 3, 5, 6, 13, 14.

 

Disponibilidad de datos: El conjunto de datos que apoya los resultados de este estudio no se encuentra disponible.

 

Editor responsable Jose Antonio Saravia: jsaravia@correo.um.edu.uy



[1] Hugo Harvey, “Revisitando el punto de inflexión interamericano en la Guerra Fría: la crisis dominicana de 1965, la intervención de Estados Unidos y la Fuerza Interamericana de la Paz”, Humanidades: revista de la Universidad de Montevideo, nº 7 (2020), 25-63 https://doi.org/10.25185/7.2

[2] Nota legal sobre el uso de imágenes: Las caricaturas reproducidas en este artículo fueron originalmente publicadas en el año 1965 en la revista Topaze. Su inclusión tiene fines exclusivamente académicos y de investigación. De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 71 B de la Ley N° 17.336 sobre Propiedad Intelectual de Chile, “es lícita la inclusión en una obra, sin remunerar ni obtener autorización del titular, de fragmentos breves de obra protegida, que haya sido lícitamente divulgada, y su inclusión se realice a título de cita o con fines de crítica, ilustración, enseñanza e investigación, siempre que se mencione su fuente, título y autor”. En este caso, se ha limitado la reproducción al mínimo necesario, sin fines de lucro, respetando los derechos morales del autor y señalando debidamente su procedencia.

[3] Stefan Rinke, Encuentros con el Yanqui: Norteamericanización y cambio sociocultural en Chile (Santiago: Centro de Investigaciones Barros Arana y DIMAB, 2013): 32-36.

[4] Marcelo Casals, La creación de la amenaza roja (Santiago, LOM, 2016), 12.

[5] Destacamos aquí algunas publicaciones aparecidas en los últimos cinco años dedicados a analizar el rol de la revista satírica Topaze en diferentes ámbitos: Fabiana Rodríguez-Pastene, “Humor político, sufragio y mujeres: las miradas de Topaze en las municipales de 1935”, Intus-Legere Historia 14, n°1, (2020): 23; Gonzalo Serrano, “La otra trinchera. La crisis entre Argentina y Chile en 1978 vista por los caricaturistas chilenos”. Intus-Legere 14, nº 1 (2020): 87-116. Pablo Lacoste y Cristián Garay Cristián, “Perón e Ibáñez en la revista satírica Topaze (1950-1955). El populismo y la democracia en Chile”, Revista Notas Históricas y Geográficas, n° 28 (Enero-junio 2022): 136-172; Pablo Lacoste, “La imagen del otro en Chile y Argentina a través de la prensa satírica: la revista Topaze frente a conflictos de límites (1938-1965)”, Revista Notas Históricas y Geográficas, n° 30 (2023): 63-90; Pablo Lacoste, Carlos Celedón y Nicolás Valenzuela, “China en la caricatura política chilena (1959-1972). Representaciones de un actor internacional rebelde”, Estudios Internacionales 56, n° 209 (2024): 9-40.

[6] Rudolph Herzog, Heil Hitler, el cerdo ha muerto (Madrid: Capitán Swing, 2014), 17

[7] Para más detalles sobre esta gira véase Patricia Arancibia, Álvaro Góngora y Gonzalo Vial, Jorge Alessandri 1896-1986. Una biografía (Santiago: Editorial Zig-Zag, 1996), 247-255.

[8] Alberto Cardemil, El camino de la Utopía. Alessandri, Frei, Allende. Pensamiento y obra (Santiago: Editorial Andrés Bello, 1997), 100.

[9] Cristián Gazmuri, Eduardo Frei Montalva y su época, Tomo II (Santiago: Aguilar, 2000), 726.

[10] Hubo una fuerte campaña en contra de Salvador Allende por parte de los principales medios del país un hecho que Matías Hermosilla desarrolla en uno de los capítulos de su tesis: “Elección o alineación: Frei, Allende y la campaña del terror” en “Un mundo en conflicto, una risa global. El relato de la Guerra Fría a través de la prensa de humor político chilena, 1958 –1973” (Tesis para optar al grado de magíster en Historia, Pontificia Universidad Católica, Santiago, 2017), 86-94.

[11] Sebastián Hurtado, “The US Press and Chile, 1964-1973: Ideology and US Foreign Policy”. Hib. Revista Iberoamericana, N° 37 (2012): 45 y 46.

[12] Mark Petersen, “Instituciones e imágenes: política internacional y el Estado chileno”. En Historia política de Chile, 1810-2010, Tomo II, eds. Iván Jaksic y Francisca Rengifo (Santiago: Fondo de Cultura Económica, 2017), 197.

[13] Joaquín Fermandois, Mundo y fin de mundo. Chile en la política mundial 1900-2004 (Santiago: Ediciones Universidad Católica de Santiago, 2006), 302.

[14] Gazmuri, Eduardo Frei Montalva y su época, 726.

[15] Fermandois, Mundo y fin de mundo, 304.

[16] Cardemil, El camino de la Utopía, 265-270.

[17] «La Peligrosa crisis Dominicana», El Mercurio, 30 de abril de 1965.

[18] «Estudiantes apedrean la Embajada de EE.UU. », La Tercera, 1 de mayo de 1965.

[19] Gazmuri, Eduardo Frei Montalva y su época, 727.

[20] «Inaceptable la intervención de USA en Santo Domingo», La Tercera, 1 de mayo de 1965.

[21] Gazmuri, Eduardo Frei Montalva y su época, 730.

[22] Jorge Rueda, “Topaze y Juan Verdejo de Héctor Meléndez, 1931 – 1942: Una risa folclórica”. Letras 53, n° 84 (2011): 72.

[23] Maximiliano Salinas et. al., El Chile de Juan Verdejo (Santiago: Editorial USACH, 2011), 100.

[24] Topaze, 5.4.1933 en Salinas, El Chile de Juan Verdejo, 113.

[25] Salinas, El Chile de Juan Verdejo, 113.

[26] Nelson Llanos, “Algunas ideas en torno al anti-americanismo chileno durante la primera mitad del siglo XX”. Revista de Estudios Hemisféricos y Polares 8, n° 1 (2017): 12-26.

[27] Jorge Delano. Yo soy tú (Santiago: Tajamar Editores, 2002), 269.

[28] Maximiliano Salinas. “¿Una risa jerárquica? La revista Topaze: características y límites de la sátira política en Chile”. Revista de Ciencias Sociales, n° 20 (2008): 98 y 99.

[29] Jorge Montealegre, Historia del Humor Gráfico en Chile (Santiago: Editorial Milenio, 2008), 136.

[30] Matías Hermosilla. “La cuestión cubana en “risas” chilenas: El triunfo de la Revolución cubana (1959) y la crisis de los misiles (1962) en la revista Topaze”, Revista de la Red de Intercátedras de Historia de América Latina Contemporánea 4, n°7 (Diciembre 2017-Mayo 2018): 116 y 117.

[31] A finales de junio de 1965, la revista Topaze se dividió en dos ediciones debido a la polarización entre sus periodistas y caricaturistas en torno a la postura que debían tener respecto al gobierno de Eduardo Frei. A partir del 8 de julio, Luis Goyenechea (Lugoze) lideró una edición disidente que se diferenciaba de la versión original al agregar al título de Topaze “sin camiseta”. La versión tradicional, a cargo de Lira, respondió agregando al título de Topaze “verdadero" desde el 16 de julio. Ambas versiones se publicaron hasta el 13 de agosto, cuando solo quedó “Topaze, sin camiseta” hasta diciembre, volviendo luego a ser simplemente Topaze.

[32] Topaze, 7 de mayo de 1965, N° 1.698.

[33] Topaze, 7 de mayo de 1965, N° 1.698.

[34] Topaze, 14 de mayo de 1965, Nº1.699.

[35] Fermandois, Mundo y fin de mundo, 302.

[36] «Chile pidió retiro de las tropas de EE.UU.», La Tercera, 1 de mayo de 1965.

[37] Rodríguez-Pastene, “Humor político, sufragio y mujeres”, 22.

[38] Fermandois, Mundo y fin de mundo, 306.

[39] Montealegre asegura que, a Eduardo Frei o Don Lalo, como lo llamaban los caricaturistas, no le molestaba que lo caricaturizaran y se burlaran de su vistosa nariz, lo único que pidió fue que no lo dibujaran con sotana por respeto a la Iglesia Católica. Montealegre, Historia del Humor Gráfico, 149.

[40] Alejandro San Francisco, ed., Historia de Chile 1960-2010, Vol. 3., 397-398.

[41] Casals, La amenaza roja, 508.

[42] San Francisco, ed., Historia de Chile 1960-2010, 396.

[43] Harvey, “Revisitando el punto de inflexión interamericano en la Guerra Fría”, 33.

[44] Topaze, 14 de mayo de 1965, Nº1.699.

[45] Topaze, 14 de mayo de 1965, Nº1.699.

[46] Harvey. “Revisitando el punto de inflexión interamericano en la Guerra Fría”, 39.

[47] Topaze, 28 de mayo de 1965, Nº1.701.

[48] Topaze, 18 de junio de 1965, Nº1.704.

[49] Hugo Harvey y Álvaro Sierra. “El pensamiento político internacional del embajador Alejandro Magnet y la crisis dominicana de 1965: una Nueva Historia Diplomática desde Chile”, Revista Izquierdas, n° 53 (2024): 1-29.

[50] «Una acción Diplomática Continental se busca», El Mercurio, 30 de abril de 1965.

[51] Topaze, 20 de mayo de 1965, Nº1.700.

[52] San Francisco, ed., Historia de Chile 1960-2010, Vol. 3., 397.

[53] Harvey, “Revisitando el punto de inflexión interamericano en la Guerra Fría”, 34 y 35.

[54] Topaze, 7 de mayo de 1965, N° 1.698.

[55] Rodríguez-Pastene, “Humor político, sufragio y mujeres”, 23.

[56] Gazmuri, Eduardo Frei Montalva y su época, 727.

[57] Fermandois, Mundo y fin de mundo, 307.

[58] Alejandro San Francisco, ed., Historia de Chile 1960-2010, Vol. 3. Santiago: Universidad San Sebastián, 2018, 380-382.

[59] Petersen, “Instituciones e imágenes”, 198.